martes, enero 31, 2006

Con la venia, señor Alcalde


Artículo publicado en:
Tribuna de Salamanca, el 2 de febrero de 2006, con omisiones respecto al original enviado.
Dgratis, del 17 al 23 de febrero de 2006, con omisiones respecto al original enviado.
Revista Salamanca Actualidad, febrero de 2006, texto integro.

A estas alturas, muchos ríos de tinta ha hecho correr ya la llamada polémica en torno a los mal llamados papeles de Salamanca. En las siguientes líneas vamos a dejar a un lado nuestra valoración negativa sobre los términos que el Alcalde de Salamanca ha empleado para calificar el cumplimiento de la Ley 21/2005, de 17 de noviembre, de restitución a la Generalidad de Cataluña de los documentos incautados con motivo de la Guerra Civil, para centrarnos en la utilización sesgada y partidista que hace Julián Lanzarote sobre determinados informes técnicos, según convengan o no, a sus intereses.

Nos referimos a las continuas referencias que realiza el Alcalde de Salamanca, cuando a la hora de aportar argumentos científicos a sus planteamientos sobre la unidad del archivo recurre al informe que en enero de 2005 realizó la Real Academia de la Historia (RAH) sobre el Archivo de la Guerra Civil en Salamanca. Con el mencionado informe, la RAH daba “respuesta a la consulta planteada por la Consejería de Cultura del gobierno de la Comunidad Autónoma de Castilla y León”, pero sólo “en cumplimiento de su responsabilidad como institución española dedicada al estudio de la Historia y de todo lo a ella concerniente, al margen de cualquier toma de posición respecto al fundamento legal de la reclamación, al debate político abierto y a las actuaciones que se están llevando a cabo”. La posición de la Academia quedaba fijada en cuatro puntos, dejando claro en el primero de ellos “que debe preferirse el mantenimiento de la integridad del Archivo General de la Guerra Civil salmantino”.

Pero, ¿qué pasa cuando esta misma institución señala –a propósito de la plaza de Los Bandos-, su “entera coincidencia con el criterio de que no deben seguir haciéndose aparcamientos de rotación en el centro ciudad con grave daño para el patrimonio”? Pasa que en este caso la cientificidad de la RAH no es tenida en cuenta. Para el grupo de gobierno no debe resultar cómodo que desde organismos técnicos se le recuerde –al igual que hacemos desde las organizaciones que conformamos la Plataforma Ciudadana Los Bandos Sin Aparcamiento-, “que existen incongruencias entre algunas de las previsiones del plan [General de Ordenación Urbana de Salamanca] y otras medidas de conservación, como [...] en el caso del Cuartel de Caballería Anaya, la Huerta de las Adoratrices o Calatrava-Dominicos”. Si además, la RAH considera que “en el caso de Salamanca es particularmente notable que la ocupación de los parkings del interior de la ciudad no justifica en absoluto que se acometan otros nuevos”, está claro que para Julián Lanzarote este informe no valga.

Los papeles, como cortina de humo para envolver desmanes urbanísticos (confirmados por diversas sentencias judiciales), pero sobre todo para ocultar una clara incapacidad de gobernar la Ciudad, dejarán tarde o temprano de figurar en la agenda política salmantina. Una agenda que nuestro Alcalde ha llenado de polémicas artificiales y sentencias perdidas, y que nosotros, los ciudadanos, tenemos la oportunidad de rechazar con nuestro voto en las elecciones municipales del 2007.