miércoles, octubre 05, 2005

Hacia una reconversión de la educación

Artículo publicado en el nº 1 de la revista Réplica (continuadora de Asperina) de la Coalición Unidad Estudiantil (UNE), noviembre 2005.

A priori, la introducción en “Europa” de un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) debería ser recibida con entusiasmo, máxime entre aquellos que concebimos un mundo sin fronteras, no sólo para el capital. Visto de forma idealizada, supondría entre otros “beneficios” el final de los problemas para la convalidación de aquellas asignaturas que cursaste de Erasmus o una agilización de los trámites de matriculación, ya que como se señala en uno de los objetivos de la Declaración de Bolonia, se pretende “la adopción de un sistema fácilmente legible y comparable de titulaciones, mediante la implantación, entre otras cuestiones, de un Suplemento al Diploma”.

Pero los hechos parecen ir desmontando las supuestas bondades del EEES. Una vez más, la “integración europea” supondrá sacrificios, menores suponemos, que anteriores reconversiones –no educativas- como la operada en el sector industrial en la década de los 80, pero que igualmente sigue un esquema similar. Desde “Europa”, en aras de una mayor “calidad”, “movilidad,” “diversidad” y “competitividad” se nos presenta la introducción del EEES como “el único camino”. En sintonía con el discurso neoliberal imperante, se nos plantea que no hay alternativas. Pero claro que existen y por eso exigimos una adaptación justa y negociada y, por qué no, un cuestionamiento en sí mismo, del proceso de construcción europeo de educación superior.

Pero, ¿cuáles son los hechos que desmontan las virtudes del EEES? Sobre todo el propósito, en consonancia con otras estrategias europeas como la Agenda de Lisboa, de convertir la universidad en centros de formación de empleados (en algunos casos “emprendedores”) en detrimento de su tradicional papel de formadores, en mayor o menor medida, de ciudadanos. De esta manera, las propuestas que meses pasados formularon las comisiones del Consejo de Coordinación Universitaria, se situaban en la línea de reducir el actual catálogo de carreras casi a la mitad.

Entre las titulaciones afectadas, las genéricamente definidas como humanísticas, constituían el principal grupo. De esta forma no debe sorprendernos las rápidas movilizaciones que estudiantes de Historia del Arte, Musicología y Humanidades llevaron a cabo en diferentes universidades del Estado que han finalizado con la reconsideración de la postura de la Comisión y la “reintegración” de Historia del Arte al nuevo catálogo de grados. Pero, ¿qué pasa en el resto de carreras como la de Humanidades que ni siquiera pasaría a ser un postgrado?

Y aquí consideramos que está la clave del proceso de integración educativo europeo: ¿Qué modelo de educación queremos para el futuro?. ¿Una educación superior encaminada a la formación e integración de cuadros en la “sociedad informacional” basada únicamente en los conocimientos científico-tecnológicos?. ¿A dónde irán a parar las Humanidades en tiempos que la reflexión crítica y disidente es con frecuencia estigmatizada?

En España, existe el compromiso del presidente Zapatero de que cualquier cambio en las humanidades “será para realzar su importancia, nunca para reducirla”, por lo que si actúa igual que hizo ante otras promesas el futuro de las Humanidades en nuestro país estaría momentáneamente asegurado. Quedarían entonces en un molesto jaque las propuestas de reducción y eliminación antes mencionadas. Pero esto no significaría que la partida hubiera acabado. Se hace necesario ir más allá del debate coyuntural y hacer comprender el insustituible papel formador que en la creación de ciudadanos ejerce desde hace tantísimos años el estudio de las materias humanísticas. Sólo entonces, los cantos de sirena llamando a la reducción de su papel chocarían con la oposición frontal de una sociedad convencida de la utilidad social de estas materias.

2 Comments:

Blogger darrylant said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

11:27 a. m.  
Blogger Ignacio said...

Creo que el debate de EES va mucho más allá de las humanidades. He escrito un post respecto al proyecto de reforma de la Ley Orgánica de Universidades. Si te apete, échale un vistazo.

7:44 p. m.  

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